¿Qué tan preocupado debería estar Maduro de Venezuela?

A menos de un mes de las elecciones venezolanas, el 28 de julio, el presidente en funciones, Nicolás Maduro, ha informado a Washington que ahora está dispuesto a reiniciar conversaciones directas. Si Maduro gana, ayudado por la prohibición y el arresto de figuras de la oposición, obtendrá seis años más para gobernar. 

Según Maduro, las negociaciones comenzarán esta semana, presumiblemente en busca de una victoria previa a las elecciones en forma de algún indicio de que se aliviarán las devastadoras sanciones económicas. 

De los nueve candidatos de la oposición, el que acapara la atención de todos es González Urrutia. Todos ponen atención a pesar de que en realidad solo es un sustituto de María Machado, la candidata de la oposición prohibida por Maduro bajo acusaciones fabricadas. Pero la oposición está ganando impulso, y Maduro está preocupado. Cuando Urrutia hace campaña físicamente, Machado lo acompaña, y es Machado, la líder de extrema derecha, quien goza de popularidad. Los otros ocho candidatos reciben poca o ninguna atención, y Urrutia está destinado a servir como un representante del conjunto de la oposición (coalición Plataforma Unitaria). Machado ya había ganado las primarias de la oposición, momento en el cual Maduro la prohibió. Fueron en realidad los discursos inflamados de Machado los que llevaron a Maduro a incumplir su acuerdo con Washington en primer lugar. Ella surgió repentinamente como una amenaza real para su régimen. 

Las conversaciones que Maduro ha calificado como "urgentes" serían una reinstauración de las conversaciones que se interrumpieron anteriormente entre Maduro y Washington, justo después de que violara las condiciones de un alivio temporal de sanciones de seis meses. Las condiciones eran elecciones libres y justas, condiciones que Maduro rompió al prohibir y arrestar a figuras de la oposición. Eso condujo a la reinstauración de la mayoría de las sanciones en abril cuando terminó el acuerdo inicial de alivio de seis meses. Mientras que Maduro anunció básicamente la reunión de lo que parece haber sido de manera unilateral, la Casa Blanca ha respondido diciendo que Washington está abierto a conversaciones. 

Al mismo tiempo, dos barcos de guerra rusos atracaron en Venezuela como muestra de apoyo a Maduro (dirigido a Washington, pero también recordándole a Maduro que Putin está prestando atención en este momento) a finales de este mes.