Estados Unidos y la Unión Europea están invirtiendo fuertemente en el desarrollo de sus sectores de energÃa limpia y tecnologÃa limpia; para apoyar una transición verde y asegurar que pueden satisfacer la creciente demanda energética. Sin embargo, ambas regiones son conscientes de la fuerte dependencia de China en energÃa y tecnologÃa limpia, ya que el gigante asiático continúa dominando varios sectores, desde minerales crÃticos hasta la producción de microchips. Esto ha llevado a varias potencias occidentales a considerar la implementación de aranceles y restricciones a la importación de productos chinos. Sin embargo, muchos expertos en energÃa ahora cuestionan si este enfoque podrÃa limitar la capacidad de EE. UU. y la UE de transicionar a verde tan rápidamente como esperaban, ya que deben aumentar rápidamente sus capacidades de energÃa verde y manufactura para reducir su dependencia de China.
En mayo, el presidente Biden introdujo importantes aranceles sobre vehÃculos eléctricos chinos, baterÃas avanzadas, celdas solares, acero, aluminio y equipos médicos en un intento de proteger los empleos y fabricantes estadounidenses. Biden afirmó que las empresas chinas no necesitan obtener beneficios gracias a los subsidios proporcionados por el gobierno chino, lo que les otorga una ventaja injusta en el mercado internacional. Biden declaró: "Los trabajadores estadounidenses pueden superar y competir con cualquiera siempre que la competencia sea justa. Pero durante demasiado tiempo, no ha sido justa. Durante años, el gobierno chino ha invertido dinero estatal en empresas chinas... no es competencia, es hacer trampa".
Muchos de los aranceles no entrarán en vigencia hasta 2026, dando a EE. UU. tiempo para aumentar su manufactura e incrementar su capacidad de energÃa limpia. Sin embargo, los aranceles podrÃan significar aumentos de precios, ya que las empresas luchan por proveer suficientes productos de energÃa limpia sin las mismas capacidades de manufactura de bajo costo y altos subsidios estatales como en China. Los aranceles se implementarán en los próximos tres años. Se espera que ayuden a evitar que la nueva ola de vehÃculos eléctricos chinos de bajo costo ingresen al mercado de EE. UU., manteniendo a los fabricantes de automóviles estadounidenses competitivos mientras introducen sus modelos de vehÃculos eléctricos. La tasa arancelaria sobre las importaciones de celdas solares se duplicará al 50 por ciento este año, mientras que los aranceles sobre los productos de acero y aluminio chinos aumentarán un 25 por ciento, y los aranceles sobre las baterÃas de vehÃculos eléctricos de iones de litio aumentarán del 7,5 por ciento al 25 por ciento.
Desde la introducción de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) en 2022, EE. UU. ha avanzado considerablemente en energÃa verde. La IRA comprometió miles de millones al desarrollo de los sectores de energÃa renovable y tecnologÃa limpia y ha atraÃdo aún más inversión privada a la industria. Ahora, los expertos en energÃa están preocupados de que la introducción de aranceles tan amplios sobre productos chinos podrÃa socavar los objetivos de la IRA y desviar el progreso significativo realizado en los últimos dos años.
Se están observando problemas similares en la UE, tras la imposición de aranceles provisionales a vehÃculos eléctricos chinos por parte de la Comisión Europea, debido a la "subvención injusta" de China. Los nuevos aranceles a los vehÃculos eléctricos chinos promedian alrededor del 31 por ciento, mucho más alto que los aranceles sobre importaciones de automóviles convencionales. Aunque se espera que los aranceles impulsen un desarrollo acelerado de la manufactura de energÃa verde en EE. UU. y la UE y respalden la creación de empleo, también podrÃan obstaculizar la velocidad de implementación de proyectos de vehÃculos eléctricos y energÃa renovable, además de aumentar los precios al consumidor.
La introducción de los aranceles sin duda hará que la transición hacia lo verde sea más costosa y difÃcil, aunque tenga el efecto secundario de impulsar los empleos en energÃa y manufactura en EE. UU. y reducir la dependencia de China. Los gobiernos en todo el mundo deben considerar sus prioridades cuando se trata de energÃa verde. Aunque el gobierno chino ha hecho poco por ocultar sus tácticas comerciales depredadoras, China está proporcionando los componentes y la tecnologÃa necesarios para acelerar la transición verde global. Esto, de hecho, ha hecho que muchos paÃses en todo el mundo dependan en gran medida de China para su energÃa, transporte y dispositivos electrónicos. Alrededor del 80 por ciento de las celdas solares del mundo y el 60 por ciento de sus turbinas eólicas, vehÃculos eléctricos y baterÃas se fabrican en China, demostrando lo importante que es el paÃs para la transición verde global.
No obstante, en la antesala de las elecciones presidenciales, la introducción de aranceles a China por parte de Biden ha sido un movimiento polÃticamente fuerte, que ha atraÃdo simpatizantes. La promesa de un aumento en los empleos estadounidenses siempre será un ganador, y es un movimiento que muchos consideraron necesario para competir con Trump. Sin embargo, el efecto a largo plazo del movimiento, que puede que no sea visto de inmediato por los votantes, será costos más altos para los consumidores que se ven obligados a subsidiar a empresas nacionales de energÃa limpia para producir los componentes necesarios para una transición verde. Aún está por verse si los aranceles conducirán a un importante resurgimiento en la manufactura en EE. UU. y Europa, pero es probable que limiten la aceleración de la transición verde a corto y medio plazo.
Por Felicity Bradstock para Oilprice.com
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Felicity Bradstock is a freelance writer specialising in Energy and Finance. She has a Master’s in International Development from the University of Birmingham, UK. More
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