Riesgos geopolíticos se ciernen sobre los mercados petroleros.

Mientras que los datos optimistas de inflación ligeramente impulsaron el petróleo a principios de esta semana, con la Reserva Federal indicando un recorte de tasas antes de fin de año, y más por venir en 2025 y 2026, una combinación de eventos globales también podría influir en los precios del crudo en las próximas semanas.

En un movimiento de flanqueo, Rusia está tratando de asegurar su posición en la costa de Libia en el Mediterráneo (a poca distancia de Italia y realmente en cualquier lugar de Europa Occidental), mientras que los buques de guerra rusos, incluido un submarino nuclear, llegan a la Bahía de La Habana, en Cuba, justo frente al Golfo de México, para realizar ejercicios militares. Las tensiones están aumentando notablemente desde que la OTAN incorporó nuevos miembros y comenzó a fluir nueva ayuda hacia Ucrania, con (limitado) permiso de EE. UU. para atacar el territorio ruso. Washington también está otorgando a Kiev acceso a F-16, lo cual es probablemente más un movimiento a largo plazo que no cambiará inmediatamente la situación en el frente de batalla. Tanto Washington como Bruselas también impusieron cientos de nuevas sanciones a Rusia, incluida a su gigante naviero de petróleo, Sovcomflot.

En la cumbre del G7 en Italia esta semana, EE. UU. y Ucrania firmaron un acuerdo de seguridad, que es también esencialmente una fase preliminar para unirse a la OTAN, como se sugiere en el texto del documento. Aunque el acuerdo no llegó al "límite rojo" de desplegar tropas estadounidenses, combinado con un préstamo de 50 mil millones de dólares del G7 a Kiev, los eventos recientes requieren una respuesta por parte de Moscú. Esa respuesta la encontramos, por ahora, en Cuba, donde los ejercicios militares incluyeron el uso de cabezas nucleares falsas.

Volviendo al Medio Oriente, Irán celebrará elecciones presidenciales anticipadas el 28 de junio tras la muerte del presidente Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el mes pasado. Se esperaba que Raisi sucediera al Ayatolá Ali Jamenei como Líder Supremo, en lugar de su hijo. Ahora hay especulaciones de que el hijo de Jamenei podría justificar ocupar el cargo, aunque el Líder Supremo siempre ha estado en contra de la sucesión hereditaria. El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) tendrá que ser apaciguado con la próxima elección para Líder Supremo, o podría haber otro golpe de estado. Entre los seis candidatos presidenciales actualmente registrados, se dice que el favorito de Jamenei es un pariente (y ex comandante militar), quien probablemente no se convertirá en el próximo Líder Supremo porque no es clérigo. (Jamenei también fue presidente antes de convertirse en Líder Supremo). A pesar de que los medios no indican que la situación en Teherán sea caótica, las cosas se mantienen en secreto y los observadores no deben equivocarse: lo que suceda el 28 de junio podría tener efectos de gran alcance.

En el frente de guerra entre Israel y Hamas, las negociaciones de alto al fuego se han estancado e Israel continúa bombardeando Rafah, con una invasión completa aún en la mesa, dependiendo de lo que suceda en los próximos días con las conversaciones de alto al fuego.

En el hemisferio sur, las elecciones en Venezuela añadirán más leña al fuego geopoltítico, presionando a la administración Biden a actuar, lo que puede o no ser simbólico. Las elecciones presidenciales venezolanas se llevarán a cabo el 28 de julio, justo un mes después de las de Irán, y es un momento muy delicado para Maduro. Algunas encuestas (que deben tomarse con precaución) muestran ahora al candidato de la oposición Edmundo González Urrutia (que hace campaña junto a la candidata prohibida María Corina Machado) con una ventaja del 50% sobre Maduro, quien podría intentar bloquear su candidatura si teme perder.